Un helicóptero ahí

Fue la nota disonante de color en la presentación de la nueva policía, que fusionará a la Metropolitana y a la parte de la Federal que fue traspasada a la Ciudad. El jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, hizo el anuncio rodeado de policías que mostraban el que –se supone- será el nuevo uniforme. La puesta en escena incluyó nuevos patrulleros y hasta un helicóptero. Pero con el correr de las horas, se sabría que los patrulleros y el helicóptero estaban ploteados. Circuló un video que muestra cómo le sacan las tiras al helicóptero y queda en claro que era del SAME. Trascendió que a las autoridades del SAME no les gustó demasiado la mise en scéne. Menos nos preguntamos por qué se eligió ese helicóptero cuando la Nación le transfirió dos con la Federal, como figura en el detalle del acta acuerdo firmada por Larreta y el presidente Mauricio Macri.

La polémica por el ploteo tapó algunas preguntas más fundamentales sobre cómo tiene que ser esta nueva policía. Larreta sugirió que el jefe podría ser un civil, aunque luego se aclaró que se refería al Ministro de Seguridad y no al jefe de la Policía. Esto último hubiera sido interesante: luego del escándalo de Jorge “Fino” Palacios, que casi le cuesta la carrera política a Macri (lo llevo a una crisis política y a un procesamiento que recién cesó al comienzo de su mandato presidencial), el macrismo optó por poner frente a la Metropolitana a un civil, Eugenio Burzaco, en lo que constituía una experiencia distinta a la de otras fuerzas policiales. No me refiero aquí a cómo se condujo Burzaco frente a la Metropolitana, sino al hecho de ubicar en la cúspide a un civil, lo que plantea un símbolo fuerte contra la autonomía policial. Sin embargo, desde el PRO siempre se ocuparon de aclarar que era algo transitorio y luego le entregaron la fuerza a dos ex federales, Horacio Giménez y Ricardo Pedace, lo que volcó una vez más las cosas hacia la lógica del autogobierno policial y la reproducción de las viejas prácticas de la Federal.

"Una novedad de la ley es que propone la eliminación del “estado policial”, que obliga al policía a actuar también cuando está fuera de servicio, lo que ha llevado en numerosas oportunidades a casos de gatillo fácil".

En su corta vida, la Metropolitana dejó pruebas de esto: la represión en el Parque Indoamericano, en el Centro Cultural San Martín y en el Borda son quizás los casos paradigmáticos. En todas se vio cómo concebían el uso de la fuerza, que llegó a causar muertes (Indoamericano), periodistas heridos con balas de plomo (Sala Alberdi) y legisladores de la oposición reprimidos (Borda y Papa Francisco). Un combo que, en tan poco tiempo, impresiona.

No obstante, la Ley de Seguridad Pública con la que fue creada la Metropolitana , que fue diseñada por el PRO con una extensa serie de concesiones a la oposición al macrismo, planteaba una serie de puntos de avanzada que es probable que la Federal venga a barrer ahora, dado que plantean un mayor control civil sobre la fuerza. Lo que está en juego en este momento es si la Federal se fagocita a la Metropolitana y sigue con sus negocios como siempre.

Ya el traspaso causó una crisis en la Federal que se cobró el cargo de su jefe Román Di Santo. Los uniformados no están dispuestos a ceder un ápice más. Los adicionales que los Federales cobran y los Metropolitanos tienen prohibido, es la primera batalla. Habrá que ver cómo queda redactada la nueva ley, pero en el Ministerio de Seguridad ya se avisoraba que iban a ceder en ese punto. Otros reclamos de los federicos tienen que ver con no perder el Hospital Churruca, que no se cierren comisarías, y mantener el control de la caja. Si realmente se avanza en quitarles las compras y contrataciones, como se deslizó, seguramente haya turbulencias. Los hombres de la gorra también miran el detalle de cómo se compatilizarán los escalafones y los turnos.

Hay legisladores en la oposición que están dispuestos a dar el debate: en la misma semana del anuncio de Larreta, el bloque del Frente para la Victoria presentó un proyecto propio. Allí se plantea sostener los principios básicos de la ley de 2008. “Es necesario un debate amplio, plural y profundo. La falta de información desde el anuncio del traspaso de la PFA a principios de año, dificultó la participación de las diversas fuerzas políticas y de la sociedad civil en el proceso”, reprocharon los legisladores kirchneristas, encabezados por Carlos Tomada.

"Lo que está en juego en este momento es si la Federal se fagocita a la Metropolitana y sigue con sus negocios como siempre".

Para el proyecto, consultaron a Marcelo Saín, el experto en seguridad que creó la Policía de Seguridad Aeroportuaria de cero. En el texto se plantea que la Policía de la Ciudad sea conducida por un jefe civil, designado por el jefe de Gobierno luego una audiencia pública. Otra novedad es que proponen la eliminación del “estado policial”, que obliga al policía a actuar también cuando está fuera de servicio, lo que ha llevado en numerosas oportunidades a casos de gatillo fácil. En el mismo sentido, plantea que los policías no estén armados fuera de su horario de servicio. También propone regular con claridad la facultad de detener personas. Además, plantean mantener la prohibición de los adicionales que tanto defiende la Federal y aplicar políticas de género hacia dentro de la fuerza policial. Será importante ver cuáles de estas cuestiones quedan en el camino y cuales se imponen en el debate legislativo.

Por último, no hay que perder de vista hay dos candidatos a ser jefe de la Policía de la Ciudad: Guillermo Calviño, quien viene conduciendo a la Federal traspasada y la dupla Giménez –Pedace, que manejan la Metropolitana hace años. La pelea por quién será el que conduzca la nueva fuerza será feroz. Es lo que se viene.