CÓMO SOMOS EN EL EXTERIOR

Modelos de compatriotas

Una categorización de los distintos tipos de compatriotas con los que nos solemos encontrar cotidianamente. Su rigor científico tiene características similares al esbozado por el INDEC durante la “década ganada”.

Mariano Heller
En mi última columna relaté brevemente mi viaje a tierras de Mickey Mouse con mi pequeña saltamontes. Como parte de la crónica me detuve a describir al argentino en el exterior y sus actitudes, formas y vicisitudes. Me quedé pensando entonces en cómo somos los argentinos y los distintos tipos de compatriotas con los que nos solemos encontrar cotidianamente. 

Dedicaré entonces la columna de hoy a categorizar, en forma absolutamente antojadiza por supuesto, a nuestros conciudadanos. Todo sea para evitar escribir sobre la realidad de Peronia. Está claro que seguramente hay muchas más clasificaciones posibles y verán sin dudas que muchas de ellas se solapan. De hecho sin duda alguna yo podría encasillarme en varias de ellas.

No se ofenda entonces, estimado lector, si no se encuentra cobijado por ninguna de las categorías que enumeraré a continuación. Repito que son puramente caprichosas y su rigor científico tiene características similares al esbozado por el INDEC durante la “década ganada”.

Comienzo retomando aquella descripción que empezó en la columna anterior y prosigo luego con la enumeración.

1. El viajero

Este ser de luz viaja con la casaca de su equipo de fútbol puesta, o peor aún, con la de la selección nacional y joggineta. No duda en romper en un cerrado aplauso cuando el avión aterriza y se siente asombrosamente atraído por la posibilidad de lucir un buzo de Gap. Se comunica a los gritos y se desvive por comer en una parrilla argentina que pueda encontrar en cualquier latitud.

2. El canchero

Los argentos somos cancheros por naturaleza pero están aquellos que llevan su cancherismo a un nivel superior. Vestido siempre bajo los designios del último grito de la moda, tiene una fuerte necesidad de lucir superado y obviamente de sobresalir.

Todos los argentinos sabemos el cambio que tenía que hacer el técnico y como no hizo ese cambio perdimos el partido.



3. El sabelotodo

Otra categoría paradigmática local, el sabelotodo es más argentino que el dulce de leche. No importa si sabe o no de algún tema en particular, este ser humano hermoso te explica todos los temas como si estuviera haciendo un pos doctorado. Lógicamente pasa de contarte la mejor receta para la chocotorta a iniciarte en lecciones de macroeconomía o física cuántica. Siempre tiene razón, aunque no la tenga. Ha proliferado con ahínco en las redes sociales.

4. El periodista

Por más que haya gente con especial instinto o que se haya dedicado a estudiar, el argento periodista es cada vez más común. No contento con que uno tenga al alcance de su celular la posibilidad de leer las noticias, esta especie siente una especial e irresistible necesidad por contarte lo que está sucediendo en el país y en el resto del mundo. Al igual que gran cantidad de periodistas profesionales, no chequea fuentes.

5. El cholulo

No nos engañemos, todos somos un poco cholulos pero esta especie de compatriota es superior. No importa si es Tinelli, Manu Ginóbili, Chano, Sergio Massa, o una vedette de cuarta categoría, la necesidad por la selfie o el autógrafo o lo que sea supera a los integrantes de esta categoría. Y logrará la foto pase lo que pase y caiga quien caiga.

6. El tecnológico


Habita en muchas latitudes del país pero se concentra principalmente en el barrio de Palermo. Se caracteriza por portar un iPhone 8 (ya sé que no existe) y una Macbook Air mientras va juntando monedas para ver si puede pagar el alquiler y las expensas.

El argento periodista es cada vez más común. Esta especie siente una especial e irresistible necesidad por contarte lo que está sucediendo en el país y en el resto del mundo.



7. El doctorado

He dicho hasta el cansancio, y lo reafirmo en este momento, que la obtención de algún trascendente galardón o título académico no te exime de ser un pelotudo. El argento que ha pasado muchos años en la Universidad, y por ende integrante de esta categoría, posee un ego casi imposible de tolerar. Es también pariente del sabelotodo y agrava su sabelotodismo (?) al creer que sus diplomas le dan patente de ser superior.

8. El comentarista

Primo hermano del periodista, el comentarista no se contenta con relatarte qué está pasando sino que editorializa sobre cada tema. Tiene obviamente un parentesco cercano con el sabelotodo cuando comenta temas sobre los que no sabe absolutamente nada.

9. El ventajita

Esta categoría se ha reproducido como una plaga, sobre todo en los últimos años. Está siempre dispuesto a poner un comercio que solo acepta efectivo, a colarse en una fila y a ver siempre de qué manera (legal o no) puede obtener alguna ventaja. Suele a su vez hacer alarde de los beneficios obtenidos.

10. El militante

Ya sea por su partido político, por el veganismo, por su equipo de fútbol, por la medialuna de grasa o por la pastafrola de membrillo, el militante argento tiene una intensidad pocas veces vista. Fundamentalista de su causa suele ver a un acérrimo enemigo en quien no la comparte. Una de las subespecies más pintorescas es el militante de que no existan los militantes.

El patriota siente una irrefrenable necesidad de explicar que los argentinos somos superiores en todo pero sus razonamientos se empiezan a desmoronar cuando debe explicar por qué nos va como el culo.



11. El Director Técnico

La metáfora futbolística siempre ayuda a describir a esta categoría. Todos los argentinos sabemos el cambio que tenía que hacer el técnico y como no hizo ese cambio perdimos el partido. Pero en realidad este rubro de argentos se extiende a casi todos los saberes. Es así como todos sabemos cuál es la medida económica que debía tomar un Ministro pero no lo hizo o qué reforma legislativa es la necesaria para terminar con la inseguridad.

12. El patriota

El patriota es una de las categorías cuyos integrantes me produce un hastío especial. Siente una irrefrenable necesidad de explicar que los argentinos somos superiores en todo pero sus razonamientos se empiezan a desmoronar cuando debe explicar porque si somos los mejores del universo nos va como el culo.

Hasta aquí llegué. Aunque hay otro modelo más que es el que se dedica a criticar cómo somos los argentinos. Ahí suelo encontrarme muy seguido yo, lo admito. Les ruego me cuenten si se vieron identificados con alguna clasificación. No sean tímidos.

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